La empresa estadounidense de semiconductores Intel ha anunciado una asociación con el fondo de inversión Brookfield. Esta asociación, bastante inusual en el sector, tiene por objeto compartir el importe total de la inversión que la empresa estadounidense considera necesaria para su crecimiento.
Intel se asocia con Brookfield y juntos serán copropietarios de fábricas en Arizona
Con el respaldo del fondo de inversión canadiense Brookfield, Intel podrá financiar la ampliación de su planta de fabricación de dos plantas en Chandler, Arizona, Estados Unidos. Este tipo de acuerdo no es tan común en el sector de los componentes electrónicos.
Según Scott Peak, socio director del grupo de infraestructuras de Brookfield, que habló con el Wall Street JournalEste tipo de acuerdos son habituales en sectores como la energía y las telecomunicaciones. Ahora se están extendiendo al sector de los componentes electrónicos debido a su creciente necesidad de capital. Además, los semiconductores están presentes en muchos productos industriales y son casi indispensables para cualquier producción. La actual escasez de semiconductores y sus repercusiones demuestran lo dependiente que es la sociedad de estos componentes.
Con la firma de esta asociación, Intel y Brookfield serán los dos copropietarios de estas plantas. El fondo financiará el 49% del coste de las obras y será propietario del 49% del centro de fabricación, lo que permitirá a Intel conservar el control de la entidad. En total, la ampliación de estas dos fábricas costará 30.000 millones de dólares, lo que supone 10.000 millones más de lo anunciado en marzo de 2021, cuando se presentó el proyecto. Entretanto, la inflación ha llegado y la empresa de Santa Clara, que quería financiar la expansión en solitario, ha tenido que recurrir a Brookfield.
Intel ya ha invertido más de 100.000 millones de dólares en los dos últimos años
En los últimos meses, Intel ha anunciado un gran número de inversiones que, según la empresa, son necesarias para competir con rivales como AMD y Nvidia. Estos últimos están aprovechando los avances en la fabricación de su subcontratista, el grupo taiwanés TSMC, para hacerse con parte del mercado.
Intel ha invertido cerca de 100.000 millones de dólares para construir o ampliar varios centros de fabricación en Arizona, pero también en Ohio, Alemania y Malasia. Para sufragar esta inversión, la empresa americana ha pedido ayuda al gobierno estadounidense, al alemán y a la Comisión Europea, que acaba de votar un plan de ayuda de 43.000 millones de euros para el sector de los semiconductores.
No será sorprendente ver a los actores del sector de los semiconductores recurrir a los fondos de inversión para financiar algunos de sus proyectos en el futuro.
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