Entre la falta de recursos y el miedo al fracaso, los investigadores franceses suelen mostrarse reacios a embarcarse en una aventura empresarial. Siguiendo el ejemplo de Alemania y el Reino Unido, el Gobierno francés quiere facilitarles el acceso a la financiación para crear sus start-ups. En este contexto, se pondrán a disposición nuevas ayudas por un total de 500 millones de euros, según se anunció el 9 de enero.
17 proyectos deeptech recibirán ayudas por valor de 275 millones de euros
Desde 2019, el Gobierno invierte en el mercado deeptech. Es decir, empresas que desarrollan tecnologías disruptivas, las que se establecerán en un futuro más o menos lejano. Akemia, por ejemplo, utiliza algoritmos de física teórica e inteligencia artificial para facilitar el descubrimiento de nuevos fármacos.
Hace tres años, el ejecutivo puso en marcha un plan dirigido por BPI France. La ambición del Banco Público de Inversiones era ayudar a este tipo de empresas emergentes a surgir y desarrollarse en tecnologías disruptivas. Las inversiones han permitido la aparición de 250 deeptechs en 2021, según un informe de marzo de 2022 del BPI.
En la actualidad, el Gobierno espera alcanzar las 500 startups en 2030, incluido un centenar de unicornios, una startup valorada en mil millones de euros. Este objetivo forma parte del plan Francia 2030. Con un presupuesto de 54 000 millones de euros, este plan quinquenal, puesto en marcha en 2021, pretende fomentar la competitividad industrial, las tecnologías del futuro y la reindustrialización del país.
Durante una visita a Moselle y Meurthe et Moselle el lunes 9 de enero, Roland Lescure, Ministro Delegado ante el Ministro de Economía, responsable de Industria, y Sylvie Retailleau, Ministra de Enseñanza Superior e Investigación, presentaron medidas destinadas a motivar a los investigadores a lanzar sus propias start-ups.
Según Les Echos, la financiación adicional de 500 millones de euros se destinará a apoyar 20 polos universitarios de innovación (PUI). Se añadirán a los cinco centros piloto existentes. Las misiones de estos PUI son ayudar a revelar mejor el potencial de las innovaciones, gestionar los problemas de patentes, facilitar el intercambio de datos e intensificar las relaciones entre los investigadores y el mundo económico.
El Gobierno también quiere crear el French Tech Emergence Lab. Este organismo, cuyo nombre suena muy a Silicon Valley, debería permitir a los investigadores obtener un máximo de 120.000 euros para su proyecto. Por último, se apoyarán 17 proyectos relacionados con la tecnología profunda por un total de 275 millones de euros.
El apoyo público es una cosa, pero las startups de deeptech necesitarán apoyo privado para convertirse en unicornios. Durante la fase de «escalado», la fase de desarrollo nacional, las empresas jóvenes tienen dificultades para encontrar financiación. El sombrío clima económico no ayuda a la eclosión de la French Tech. Desde el año pasado, los inversores suelen preferir participar en proyectos que sean rentables rápidamente, en lugar de apostar por empresas de nueva creación con tecnologías inmaduras.
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