La Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) es una preocupación creciente en las organizaciones. Cada una de ellas trata de adoptar enfoques más éticos, económicos y medioambientales. Sobre este último punto, se pueden emprender varias acciones para reducir la huella de carbono, en particular en lo que respecta a los equipos informáticos. Dado que la contaminación digital es un problema creciente, la compra responsable se convierte en una verdadera necesidad.
La contaminación digital, un verdadero reto para las empresas
En la era del calentamiento global, la tecnología digital tiene un papel central en la política medioambiental. Por sí sola, representa entre el 3 y el 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el 2,5% de la huella de carbono, según un estudio de Arcep de febrero de 2023. Aunque este porcentaje sigue siendo inferior al de otras industrias, el fuerte crecimiento anual del consumo digital no debe tomarse a la ligera.
De hecho, como ya advirtió el Senado en un informe publicado en 2020, las emisiones de gases de efecto invernadero podrían aumentar un 60% de aquí a 2040 si no se toman medidas para reducir la huella digital. Esto representa el 6,7% de la huella de carbono nacional. Esto significa que estamos hablando de una verdadera emergencia.
Para actuar correctamente contra esta lacra medioambiental, es necesario comprender qué caracteriza precisamente a la contaminación digital. En efecto, no se trata sólo de una nube de partículas finas que se forma sobre nuestras cabezas. Se refiere a todos los impactos negativos causados por las nuevas tecnologías en nuestro entorno.
Esto incluye sobre todo la producción de aparatos: según datos de Ouest France, la fabricación de equipos es responsable del 80% de la contaminación digital. Se utilizan decenas de metales procedentes de todo el mundo, y la extracción de estos minerales es muy contaminante. El uso y el final de la vida útil de los equipos, la mayoría de los cuales se exportan a otros países o se dejan en el fondo del cajón, también repercuten en el medio ambiente.
Esta cuestión está ahora en boca de todos: de los consumidores y de las empresas. En un momento en el que todas las empresas quieren comprometerse con la RSE, sobre todo para reducir su huella ecológica, ¿cómo pueden reducir su contaminación digital?
Adoptar buenas prácticas para combinar informática y RSE
Combinar informática y RSE no es imposible. Para reducir su impacto medioambiental, se pueden adoptar varias buenas prácticas, entre ellas la compra de equipos informáticos ecorresponsables. Para ello, es necesario tener en cuenta varios puntos:
- consumo de energía. El electrodoméstico debe elegirse en función de la actividad que realices con él. No debe tener un rendimiento excesivo ni insuficiente,
- Reparabilidad. Mira el índice de reparabilidad de tu equipo, que te indica si es fácilmente reparable o no,
- Productos reacondicionados. Son equipos usados que se reacondicionan, dándoles una nueva vida.
Por lo tanto, cualquier empresa que desee reducir su huella ecológica debe tener en cuenta que es mejor reparar sus equipos que cambiarlos para conservarlos durante más tiempo. En el caso de que sea realmente necesario sustituir los equipos, lo mejor es reciclarlos y optar por equipos de segunda mano. Así se asegurará de contar siempre con productos eficientes, sin contaminar. También puede ayudar a reducir el coste de sustitución de los equipos digitales.
Para las empresas de hoy en día, se trata de una cuestión importante de RSE, que concierne tanto al desarrollo de su actividad como al futuro de todos.
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